Tras haber sobrevivido a las olas traicioneras, cientos de migrantes llegan hasta la costa de Vigàta en pésimas condiciones, sin medios ni garantías. Ayudar se convierte en un deber para Salvo Montalbano y sus hombres. Como si ese apremiante desastre no bastara, el comisario, acuciado por Livia ante la inminencia de las bodas de plata de unos amigos, se pone en manos de Elena, una bella modista de la sastrería más afamada de la ciudad y con la que traba una complicidad inmediata. Pero cuando Elena aparece brutalmente asesinada, entre algodones libaneses y rollos de tela, Montalbano, con la colaboración nada menos que del gato de la víctima, hará todo lo posible para desenmarañar el ovillo de tan horrendo crimen.
