Octubre de 1932, penitenciaría de Cold Mountain. Los 
condenados a muerte aguardan el momento de ser conducidos 
a la silla eléctrica. Los crímenes abominables que han 
cometido les convierten en carnaza de un sistema legal 
que se alimenta de un círculo de locura, muerte y 
venganza. Y en esa antesala del infierno Stephen King 
traza una pavorosa radiografía del horror en estado puro. 
Todo un hito en la aclamada trayectoria del maestro 
indiscutible de la narrativa de terror contemporánea.