Reseña: Había una vez un gato tan grande, pero tan
grande, que no pasaba por ninguna puerta. Y también había
un gato tan chiquito, pero tan chiquito, que lo
confundían con una pelusa. Uno era muy famoso y los
vecinos lo cuidaban. El otro no era conocido y nadie lo
mimaban. Uno hacía: ¡FFFFF! El otro: ¡fffff! Un día, los
dos gatos se cruzaron por la calle más larga del barrio.
Y entonces pasó lo que tenía que pasar...