La asociación del Estado de derecho y del Estado social debía permitir la contrucción de una "sociedad de semejantes", donde todos pudieran ser reconocidos como personas independientes y resguardadas del desempleo, las enfermedades, los accidentes de trabajo, la vejez., es decir, protegidos. Este doble pacto civil y social hoy está amenazado por una demanda de protección sin límites, de naturaleza tal que genera su propia frustración, y por una serie de transformaciones que erosionan los frenos levantados por el Estado social: individualización, declinación de las organizaciones colectivas protectoras, precarización laboral, etc. Cómo combatir esta nueva inseguridad social es lo que el autor intenta responder a lo largo del libro.