"La duquesa de Padua", tragedia en cinco actos, se   estrenó en Nueva York en 1891. Fruto de una adaptación de   modelos isabelinos, permite a Oscar Wilde, por su   particular argumento, acercarse a la paradoja y tomar una   actitud de estetismo que falsea la realidad aunque sin   llegar a desfigurarla. Los precedentes de esta tragedia   se buscan generalmente en algunos dramas de Shakespeare,   de los que Wilde extrajo sobre todo la estructura del   diálogo con versos que se alternan con la prosa.  El encanto y la vigencia del teatro de Oscar Wilde    1854-1900 , de cada una de las nueve piezas que   escribió, puede explicarse por su ingenio verbal, uno de   sus rasgos distintivos.