Reseña: Dice así: Cuando tenía veinte años y me volví
loco, tenía piedras en los bolsillos. Bien podría ser un
testimonio o una declaración de principios. Y algo de eso
hay. Diario inconsciente es un punteo acerca de esa
primera internación, en esa juventud blanca y remota. Es
la historia de ese chico que todavía no escribía, o que
podía a duras penas. Ese chico que recolectaba piedras en
el bolsillo y años después, estaba lleno de frases
hermosas. Parece que Santiago Loza escribiera todo el
tiempo. Que las frases le brotaran. Parece que la
escritura fuera un estado permanente, una forma que
alguien encontró de estar a salvo. Se vive con temor a
volver a ese estado, se descree de la propia cordura,
nunca se deja de estar un poco loco. Con esa fuerza
escapatoria está escrito este diario, con la convicción
de que las herramientas infalibles están en decirse a sí
mismo a través de la palabra escrita. Porque, insiste:
tarde o temprano la vida termina por imponerse y se
parece mucho a la lucidez de haber podido contarlo todo.