Desde hace poco las neurociencias y la psicología han
sufrido un vuelco radical. Nuestro "cerebro emocional" es
mucho más que el vestigio incómodo de un pasado animal:
amo de nuestro cuerpo y de nuestras pasiones, es la
fuente misma de nuestra identidad y de los valores que
dan sentido a la vida. Si se desajusta, aunque sea un
poco, se descompone en mil pedazos; si está en armonía
con nuestro cuerpo, nos conduce a convertirnos plenamente
en nosotros mismos...