Reseña: En "La cabeza de Goliat", Martínez Estrada denuncia el enojo. Las ideas que germinan en sus textos nunca son atemporales; independientes se resuelven en críticas agudas y certeras, sólo capaces de aquel que ha sabido leer y comprender una situación que tiende a repetirse y replegarse mil veces sobre sí misma. El drama argentino se contempla y se deja leer en su obra. No es una queja, es un bisturí que disecciona en el dolor para mostrar lo que la tontera de la inercia siempre oculta.