África está envuelta en la bruma de los prejuicios y los
lugares comunes. Es usual que se considere al continente
negro como incorregiblemente subdesarrollado y
crónicamente dependiente del resto del mundo, pero al
mismo tiempo suele asignársele un papel marginal en el
concierto de las naciones, acaso porque es difícil ver en
los Estados africanos las características apetecibles al
paladar político de Occidente. En los ensayos de este
breve libro, Jean-François Bayart desmonta algunos de los
mitos que impiden la comprensión de lo que sucede en los
países al sur del Sahara y a la vez plantea un modelo de
análisis que puede resultar fructífero entre nosotros.
Contrario al victimismo que suele aquejar a los
estudiosos de África, el autor pone en duda las teorías
de la Independencia, tan influyentes en América Latina, y
aventura una tesis sobre la función que el crimen
organizado ha tenido en la formación de los Estados. El
volumen se cierra con una irónica refutación de las
opiniones frecuentes en los estudios poscoloniales, tan
en boga en los Estados Unidos y Europa.